miércoles, 18 de noviembre de 2020

Crema de chirivía y puerro con semillas de girasol

Estamos en otoño y ya apetecen las reconfortantes cremas tibias o calientes.
Para nosotros las cremas son una opción apetecible en cualquier época del año y en el blog tenemos un buen surtido de ellas donde elegir, al final del post os dejamos algunos enlaces.  

Para variar nuestras cremas nos gusta encontrar nuevas fórmulas que nos permitan sorprender a nuestro paladar y en esa búsqueda hemos redescubierto un ingrediente muy interesante, la chirivía.

La chirivía es una raíz de sabor terroso, un poco anisado y algo picante. Debemos reconocerle y valorar que calmó el hambre antes de la llegada de la patata desde América y ocupaba su lugar preferente en las cocinas del Viejo Mundo. Tiene muchas propiedades y beneficios para la salud, que podéis consultar también en el primer enlace al final del post.

No es que fuera una desconocida en nuestra cocina, que va, en casa siempre ha estado presente en nuestros caldos, lo que ocurre es que no la acostumbrábamos a cocinar de ninguna otra forma que no fuera hervida.

Al utilizarla más estos días hemos constatado que también es muy sabrosa cocinada a la plancha, en wok, al horno o frita al igual que otras hortalizas como el nabo, la zanahoria, etc., y además por su textura cremosa puede sustituir perfectamente a la patata en guisos, cremas y otras muchas preparaciones.

El resto de ingredientes de esta crema complementan muy bien su sabor y el plato en conjunto ofrece una alternativa sencilla y muy interesante para nuestro día a día.




Ingredientes
3 chirivías medianas
1 puerro, la parte blanca
1 patata pequeña (opcional)
1 cebolleta
1 rodaja de jengibre
1 litro de caldo de verduras Aneto Natural o casero
Aceite de oliva virgen extra
Sal 
Pimienta negra recién molida

Para adornar:
Semillas de girasol (o las que prefiráis)
Cebollino fresco o seco


Elaboración:

Preparamos todos los ingredientes.

Pelamos, lavamos y picamos las chirivías, la cebolleta, el puerro y la patata que se pone para espesar un poco más la crema. Cuanto más pequeños sean los trozos antes se cocerán.  Cortamos una rodaja de jengibre que dejaremos entera para retirarla antes de triturar.

En la misma olla donde vayamos a cocer la preparación, ponemos primero un poco de aceite y sofreímos las hortalizas picadas, junto con el jengibre, con un poco de sal.  

Pasados unos minutos cuando se vean ya un poco cocinadas, añadimos el caldo. Si el caldo no lleva sal tenemos que añadir un poco más en este momento y probar.

Llevamos a ebullición y dejamos cocer hasta que la chirivía esté tierna, aproximadamente 20 minutos.

Retiramos la rodaja de jengibre y trituramos hasta conseguir una crema sedosa y agradable. La textura final se puede aclarar con un poco de agua.

Rectificamos de sal y pimienta y servimos agregando al plato las semillas de girasol, el cebollino y un chorrito de aceite.

  

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