100 gr de azúcar
60 gr de harina de repostería
30 gr de cacao amargo en polvo
30 gr de aceite de girasol
1 huevo
1/2 cucharadita de esencia de vainilla
1/2 cucharadita de levadura química (estilo Royal)
azúcar Glass (cantidad necesaria)
En un cuenco pondremos el aceite, el azúcar y el cacao, y lo mezclaremos todo hasta que quede integrado.
Añadiremos el huevo y la esencia de vainilla e integramos a la masa.
En otro cuenco mezclaremos la harina con la levadura química.
Ayudándonos de un colador, tamizaremos la mezcla de la harina y la añadiremos al cuenco del cacao, mezclando con una espátula.
Taparemos y pondremos en la nevera durante unas 4 horas como mínimo. Yo lo dejé toda la noche. La idea es que la masa esté fría, para que se adhiera perfectamente el azúcar Glass, de lo contario la masa absorberá el azúcar y no conseguiremos este efecto craquelado al meter las galletas en el horno.
Pasasdo este tiempo, encenderemos el horno a 180°. Con la ayuda de dos cucharas, iremos haciendo bolitas y las rebozaremos en un cuenco con azúcar Glass. Las iremos dejando sobre una bandeja, con papel de horno, con un espacio entre cada galletas de unos 5 cm.
Meteremos en el horno entre 12 y 15 minutos. Sacaremos y dejaremos sobre la bandeja unos 5 minutos más. Después pondremos sobre una rejilla para que se enfríen otros cinco minutos. Y ahora sí, ¡a disfrutar de estas deliciosas galletas!
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