Los
dulces tradicionales siempre triunfan donde quiera que los lleves como pasa con estas
rosquillas de naranja.
Hacerlas es tan sencillo como mezclar todos los ingredientes, darles forma y freírlas. Quedan blanditas y esponjosas y son perfectas para acompañar a un café o a un chocolate calentito en la merienda. Si las guardamos en una bolsa o recipiente hermético, cuando estén frías, aguantarán varios días como recién hechas.
El toque de naranja les da un sabor muy rico, ya veréis.
Yo en esta ocasión he hecho la mitad rebozadas con azúcar, la versión tradicional, y la otra mitad bañadas en chocolate y espolvoreadas con almendra picadita.
¡Ambas quedan deliciosas!
Venga, vamos a ponernos manos a la masa...
Ingredientes:
-500 gr de harina de trigo
-180 gr de azúcar
-80 ml de aceite de girasol o de oliva suave
-2 huevos
-1 naranja, ralladura de la piel y zumo
-1 sobre de levadura química
-1 pellizco de sal
-Aceite de oliva o girasol para freír las rosquillas
-Azúcar para rebozar
Para bañarlas en chocolate:
-1 tableta de chocolate negro para postres
-Almendra molida
Elaboración:
Batimos los huevos con el azúcar hasta que blanqueen un poco, añadimos el aceite, el zumo de naranja y la ralladura y un pellizco de sal. Mezclamos bien.
Seguidamente incorporamos la harina y la levadura, tamizadas, y mezclamos hasta obtener una masa homogénea. Dejamos reposar la masa, tapada con un paño, unos 15 o 20 minutos.
Mientra reposa, ponemos azúcar en un plato para rebozar las rosquillas una vez fritas. Reservamos.
Ahora nos engrasamos las manos con un poquito de aceite y vamos dando forma a las rosquillas de naranja.
Ponemos bastante aceite de oliva o girasol en una sartén al fuego y, cuando esté bien caliente, vamos echando rosquillas. Las dejamos hacer hasta que estén doraditas por todos lados y las vamos retirando a un plato sobre papel de cocina, de esta forma quitamos el exceso de aceite. Enseguida las pasamos por el azúcar que hemos preparado para rebozar y las colocamos en una bandeja. Es importante rebozarlas recién sacadas de la sartén porque si no el azúcar no se quedará bien adherido.
Si en vez de con azúcar las queremos de chocolate, las dejamos enfriar y mientras lo hacen, vamos fundiendo el chocolate en un recipiente al baño María o dando pequeños golpes de calor en el microondas. Una vez fundido bañamos en él las rosquillas y las vamos poniendo sobre una rejilla. Las espolvoreamos con la almendra molida y esperamos hasta que el chocolate se endurezca.
¿Con cuáles os quedáis? Yo no puedo decidirme por unas u otras así que cojo una de cada...