Pobres pero riquísimas. Su nombre le vienen de lo poco que necesitan, cebolla y pimientos de freir.
Qué necesitamos:
- Tres patatas
- Una cebolla
- Dos pimientos de freir
- Aceite de oliva y sal
Cómo lo hacemos:
Se pelan y cortan las patatas en rodajas. Se cortan la cebolla y los pimientos en tiras.
En una sartén grande se echa un fonde de aceite. Una vez caliente se echan la cebolla y los pimientos, a fuego no muy fuerte, mediano. Cuando estén refritos se añaden las patatas y se salan con sal fina. Se da vueltas a las patatas con la ayuda de una espumadera y un tenedor, para que vayan haciéndose todas, las que están abajo y las que quedaron arriba. Como el aceite no está muy caliente no se fríen, sino que van quedando blanditas. Cuando notemos que la espumadera las corta fácilmente, es decir que ya están tiernas, se sacan escurriendo el aceite.
Estupendas para acompañar carnes.
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