El lomo a la sal es muy rápido y fácil de hacer, y solo necesita dos ingredientes, la carne y sal especial para horno. Debe quedar en su punto, ni muy hecho, que se queda seco, ni crudo. Eso a veces depende de varias circunstancias ajenas a la voluntad del que cocina (horno, trozo del lomo…), pero siguiendo algunas pautas y consejos es raro que salga mal, siempre sale bien.

En primer lugar debemos pedir al carnicero el extremo del lomo que tiene más grasa, ya que el lomo tiene poca, pero de los dos extremos del lomo completo uno de ellos es más «suculento». Yo últimamente compro lomo gallego, de cerdos criados con castañas, que producen una carne muy jugosa y rica.

Qué hace falta:

• Un trozo de cinta de lomo de la parte más jugosa (pedirlo así al carnicero). Un kilo ó algo más va bien.
• Un kilo de sal marina para hornear (se vende empaquetada en los supermercados)

Cómo se hace:

Se cubre de sal el fondo de una bandeja de horno, se coloca encima el lomo y se cubre por todas partes, de tal manera que no queden huecos sin sal.

Se calienta el horno a 220º-210º y, cuando esté caliente, se baja a 200º y se mete la carne hasta que esté hecha.

Yo la dejé hasta que clavando un pinchito salía seco, eso fue a los 20 minutos. Se apaga el horno y se deja un ratito dentro para no sacar la carne muy caliente. Se saca, se le quita la sal, que habrá formado una costra y se elimina bien. Se envuelve en papel de aluminio hasta que esté fría.

Una vez fría la cortamos en rodajas del grosor que más nos guste.

Admite muchos acompañamientos, yo lo suelo hacer con algo salado y algo dulce, como patatas y ciruelas pasas hervidas, o puré de patatas y mermelada de frambuesa, o puré de manzanas, guindas…A gusto del consumidor.