¡¡¡Haaaaay camarooooonesss!!!. Así pregonaban su mercancía los vendedores hace años por la playa, porque actualmente creo que no haya ninguno, al menos yo no los veo. El año pasado aun se podía ver a un vendedor de cangrejos recorriendo la playa y creo que era el único que quedaba. Ahora se venden patatas, gusanitos y palomitas, además de las siempre presentes bebidas.
En las calles sí se ven vendedores de camarones, en las calles Compañía y Zorrilla es fácil encontrarlos vestidos de blanco y vendiéndolos en sus canastas. Pero podemos comprarlos vivos en el mercado y cocerlos en casa. Los míos son de los esteros de las salinas de Puerto Real, como los lenguados y las doradas, suerte que tengo de poder obtener pescado y marisco de estero con facilidad, porque son mucho más sabrosos.
También podemos hacer con ellos tortillitas de camarones…¡qué ricas!!
Qué necesitamos:
- 100 gramos de camarones vivos
- Sal gorda
- Agua
Cómo se hacen:
Ponemos a hervir agua con bastante sal gorda, más o menos dos buenos puñados para medio litro de agua. Cuando empiece a hervir echamos los camarones y los retiramos cuando de nuevo comience el hervor.
Los sacamos enseguida y los ponemos debajo del grifo de agua fría, parta cortar la cocción.
Los dejamos enfriar en el frigorífico, tapados para que queden jugosos, y listos para tomarlos a puñaditos, que es como se toman los camarones.
Comer camarones es comer pipas, se empieza y no se puede dejar de tomarlos, acompañados de un buen vino blanco fresquito…Una delicia para las tardes veraniegas que se avecinan.