En esta época solemos reunirnos con amigos en casa o en el campo, huyendo del frío invernal, y una buena opción para este tipo de comidas es una berza. Como pasa con el puchero, la tortilla, las lentejas…cada uno le da su toque personal, yo la hago de esta manera tan sencilla y sale muy rica. Prueba de ello es que en esas ocasiones que he dicho antes, me la piden, y en casa gusta mucho.

Qué hace falta:

• Un kilo de judías blancas y garbanzos, mezclados
• Una morcilla
• Dos chorizos o tres pequeños
• Un trozo de carne de cerdo, de medio kilo aproximadamente
• Un trozo de tocino fresco de un cuarto de kilo aproximadamente
• Medio kilo de acelgas, frescas limpias y cortadas. Pueden ser congeladas, en ese caso se descongelan antes.
• Pimentón dulce
• Cominos
• Sal

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Cómo se hace:

Se remojan los garbanzos y las judías una noche o un día, que queden bien remojados.

En una olla rápida o exprés se echan primero las acelgas, en el fondo, para que queden aplastadas por lo demás. Sobre ellas todos los  ingredientes restantes, la carne, la morcilla, el tocino y el chorizo. Y encima una cucharita bien llena de pimentón dulce, un poco de comino y sal. Se cubre de agua y se pone al fuego.

A partir que salga el vapor, unos 30 minutos, depende de la cantidad de agua. Si al abrirlo está muy líquido se deja un poco más.

Se saca la carne, el chorizo, la morcilla y el tocino y se apartan, es lo que se llama la “pringá”. Se puede comer mezclado con el guiso, o aparte.

Y con  la que sobra (si sobra…) se pueden hacer montaditos de pringá al día siguiente. Se mezcla todo lo que haya sobrado, el tocino ayuda a mezclarlo bien. Se mete dentro de bollitos pequeños de pan, se ponen en una sandwichera o al horno, y están riquísimos. Comerlos calentitos.