miércoles, 22 de agosto de 2018

Mi experiencia gastronómica en Ecuador


Mucho se ha hablado de la gastronomía peruana que tuve oportunidad de probar hace algunos años durante un viaje a ese país, y muy poco de la ecuatorina de la que he disfrutado este verano y que me ha sorprendido muy gratamente.

La diversidad del país hace que se encuentren diferentes tipos de platos dependiendo de la zona en la que te encuentres, se puede hablar de la comida de la sierra, costa, oriente e insular, por razones de tiempo no pude probar todos los platos pero si una gran mayoría. Por todas partes se encuentran restaurantes, puestos callejeros y patios de comidas, los precios, como siempre, varían dependiendo de la categoría del lugar, para que os deis una idea el menú ejecutivo (menú del día) va de 2,90$ a 4,90$, primer plato que suele ser una sopa o crema, segundo y postre, normalmente incluye un jugo de frutas (zumo), lo comimos varios días y siempre salimos satisfechos; también hay otros sitios en dónde por 15-20$ se puede comer a la carta.


Las sopas y cremas con casi imprescindibles en todas las comidas, no importa la zona, ni la hora ni la temperatura, la que más me gustó es el Locro, una sopa cremosa de origen prehispánico, una especie de puré que se hace a base de patata, dentro de sus variedades me encantó el de queso, en ocasiones se enriquece con aguacate, vegetales, cuero, chochos (altramuces)…; con Mario, nuestro chófer-guía durante el viaje, aprendí a ponerle un poco de salsa de ají, para los que nos gusta el picante, mejora notablemente todo tipo comida. (Gracias Mario, has sido un encanto durante todo el viaje, paciente, educado, puntual y grata compañía, no me importaría nada repetir esas charlas que tuvimos en el lodge del Amazonas después de la cena). 





Una de las primeras comidas en la zona de la sierra fue una carne cortada en tiras adobada que estaba realmente sabrosa. Junto con la fritada son platos muy habituales y comunes en la zona.


La mayoría de los platos se acompañan de patata, yuca, arroz o mote, en algunos casos un poco de cada uno, como diríamos por aquí, que no falte de ná". 

Los llapingachos son una especie de tortas fritas elaboradas con patata cocida, son un excelente acompañamiento y dada la gran variedad de patatas que hay en el país se pueden encontrar de diferentes tipos. Prometo hacer una receta y compartirla, realmente merece la pena. 


El mote es una clase de maíz reventado, se puede comer “al natural” o combinado con otros ingredientes, así encontramos el mote pillo y el mote sucio. 


El maíz aparece en la práctica mayoría de los platos, a destacar el choclo, una mazorca tierna, suele tomarse cocido acompañado de queso, aunque también puede tomarse asado, es habitual encontrarlo en pequeños puestos en la calle, llamados “agachaditos” ya que se suele comer en dicha posición, algo así como una comida rápida, pero también en otros lugares se puede comer.


El cuero, ese adorable alimento y al que debo alguno de los kilillos que me traje de Ecuador, igual que aquí está delicioso, crujiente con un punto perfecto, acompaña multitud de platos y está para chuparse los dedos.


Y como una es mucho de mercados, no podía perderme visitar uno de los más famosos y concurridos de Quito del cual os hablaré en otra entrada, allí comimos el famoso hornado y la corvina frita, he de decir que me decepcionó no ver el chancho (cerdo) entero, pero en Cuenca repetimos la experiencia de comer en el mercado y allí si estaban en todo su esplendor. El acompañamiento para el plato difiere de un lugar a otro pero en ambos casos estaba exquisito. 





No podíamos dejar de probar de nuevo el famosísimo cuy, lo hicimos en Riobamba, este pequeño roedor se asa o bien a la parrilla o en horno, se come de una manera similar al cochinillo. No sé si fue el momento, el lugar o la elaboración pero me resultó bastante más fuerte que cuando lo probé en Cuzco.


De camino al Amazonas paramos a comer en un pueblo llamado Archidona, allí, en un lugar en el que están reunidos muchos pequeños puestos de comida, probamos el maito de pescado, que está cocinado al fuego envuelto en hojas de banano, también lo había de pollo y el acompañamiento era yuca cocida. 


En Archidona es típico comer unos pinchos elaborados con enormes gusanos (Chontacuro) que cocinan a modo de pincho moruno, también hay personas que los comen crudos, confieso que no me atreví, la impresión al verlos vivos fue superior a mi necesidad de alimento, conste que viajan desde todas las partes del país para probarlos, aunque una vez allí les suceda lo mismo que a mí.



La caña de azúcar es otro producto a destacar, se elabora zumo, licor, múltiples y variados dulces y golosinas. Chupar los trozos de caña recién cortada, exprimiendo su jugo fue una de las experiencias gustativas que más disfruté.


En Guayaquil no perdí la oportunidad de tomar una cangrejada, estos cangrejos no tienen nada que ver con los que comemos aquí, de hecho son capturados en manglares, se cocinan de varias formas pero la más típica es cocida acompañados de yuca o banano, ese mismo día   aprovechamos para probar una especie de almejas gigantes que llaman concha y se cocinan con mucho ajo.




El ceviche es otro de los platos más famosos en las zonas de calor, es muy diferente al que había tomado en Perú, opté por probar uno de pulpo y camarón, que estaba acompañado de aguacate, cebolla, ají y zumo naranja, la variedad es infinita, pescado, concha, gambas... Existen muchos tipos diferentes, y se suele decir que son muy buenos para el chuchaqui (resaca), ya sabéis un nuevo remedio para el día después de algún exceso etílico.


El ají, esa maravillosa salsa elaborada con el pimiento del mismo nombre y otros ingredientes y con tantas preparaciones y usos diferentes como cocineros y comensales pueda haber, es omnipresente en todas las comidas. Unos más picantes que otros pero siempre buenos. De hecho no pude evitar traerme unos cuantos para proceder a su conservación y así recordar su sabor durante mucho tiempo.


Merece una mención los platos denominados “Seco”, se pueden encontrar en los menús del día, mercados y puestos callejeros, son muy comunes los “Seco de gallina, de chivo, de chancho…”, son platos de guisos de carne acompañados de mucha salsa y por supuesto suelen llevar ají.  Llama la atención su nombre y como siempre hay varias versiones. Mario me contó que se debía a que cuando se comenzó a elaborar, la gente decía que quería más salsa ,que estaba seco, y de ahí le quedó el nombre, he encontrado otra versión que cuenta que los americanos pedían el segundo plato diciendo “Second”, la palabra fue derivando y se  quedó en Seco.

Las empanadas se pueden degustar en todos los locales, desde los más humildes hasta los más exclusivos, se rellenan de ingredientes variados y también las hay dulces, confieso que de todas las que probamos, las mejores fueron unas que compramos a una señora que las hacía y vendía a la puerta de una de las cincuenta iglesias de Cuenca. 



Con respecto a las frutas, dada la diversidad climática del país se pueden encontrar de todo tipo, desde las más clásicas (fresas, uvas, naranjas, manzanas…) hasta las tropicales. Todas ellas con un sabor excepcional.


Las bebidas más comunes son los jugos de frutas, la mayoría de las veces naturales, me gustaron especialmente los de tomate del árbol y mora. pero se pueden encontrar de todo tipo. 


La cerveza también es una bebida común, las más populares son Pilsener y Club pero hay un amplísimo abanico de cervezas artesanales, probé alguna de ellas y están muy bien elaboradas.



El canelazo es una bebida típica de la sierra, se elabora a base de naranjilla (Solanum quitoense), canela y un poco de aguardiente. Se toma bien caliente y es ideal para las frías noches quiteñas. 


La chicha es una bebida que se elabora con yuca, en la actualidad se hace cociendo el tubérculo que posteriormente se machaca, mezcla con agua, se deja macerar al menos 24 horas, se filtra y bebe. Sólo en algunas tribus del interior del Amazonas se continúan haciéndolo  mascando la yuca, tarea reservada a las mujeres, nos comentaron que cada trozo se debe masticar al menos 10 veces antes de echarlo en el recipiente en el que fermentará. Es una bebida que se ha consumido desde hace más de 3.000 años, se ofrece a los visitantes y en otro tiempo era parte esencial de la alimentación diaria.


He dejado para el final el achiote, una especia de color rojo que sale de la semilla de un arbusto, se usa como colorante y también en las tribus amazónicas para pintar la cara.


Muchos platos me quedan por comentar, las humitas, el tamal, salchipapa, la fritada, el encebollado… etc. Pero con lo expuesto anteriormente creo que os podréis hacer una idea de la variedad gastronómica de este hermoso país.



No quiero olvidar el chocolate, pero hablar de este producto me llevaría mucho tiempo, lo dejo para otro momento y espero acompañar de una dulce y sabrosa receta.







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