Este es un plato que sirve para acompañar cualquier carne, por ejemplo un buen filete a la plancha, o también puede servir como entrante y plato de picar.
El secreto para que salgan crujientes me lo enseñaron en Córdoba, en un famoso y conocido restaurante cordobés. Hay que dejar cubiertas con leche las rodajas cortadas finitas, durante un buen rato, para que suelten la solanina que le da sabor amargo.
La berenjena aporta pocas calorías y tiene escaso poder energético, pero si al freirlas absorben mucho aceite, aumenta el contenido calórico y pueden provocar indigestión. Por ello es también conveniente salarlas antes de cocinarlas, pues se reduce la humedad y absorben menos aceite.
Lo mejor es hacer ambas cosas, remojarlas en leche, luego escurrir la leche y secarlas sobre papel de cocina.
Una vez secas se salan, se enharinan y se frien.
Y quedan así de secas y crujientes:
De lo´más útil, muchas gracias Lola. Siempre hay una berenjena pendiente de freir ….
No conocía el truqui de la leche, muy útil, Lola.Gracias!
Si lo haces verás cómo la leche se pone oscura…de lo que suelta la berenjena.
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