Pensando una nueva forma de preparar el pollo, y en este caso las pechugas, me acordé de una receta que me dieron una vez unos amigos y que hacía muuuuucho tiempo no hacía. Y es muy fácil.
Además tiene la ventaja que se hacen con ingredientes que se suelen tener en casa, paté o foiegrás y ciruelas pasas, que yo las tengo siempre porque me gustan mucho y porque, además, son muy digestivas. Se pueden añadir a ensaladas, salsas para acompañar carnes…Y proporcionan un agradable contraste con el sabor salado, sin llegar a empalagar.
Qué necesitamos:
- Unas pechugas de pollo, en este caso dos
- Paté o foiegras
- Ciruelas pasas sin hueso
- Media cebolla
- Dos dientes de ajo
- Sal
- Un vasito de vino bueno, en este caso usé Gran Mayeto de Bodegas El Gato
- Tres cucharadas soperas de miel
- Un buen chorro de salsa de soja
Cómo se hacen:
Se cortan por la mitad las pechugas sin llegar al final, dejándolas como un libro. Se unta una cara con paté o foiegrás, y encima se colocan tres ciruelas.
Se cierran las pechugas y se atan con hilo o cuerda de la que se usa para atar la carne. Se salan.
Se colocan en una cazuela o fuente de horno. En una sartén se refríen los ajos y la cebolla cortados en trocitos, se les añade el vino y se echa la mezcla por encima del pollo.
Se mete la cazuela en el horno a 200º unos 15 minutos y a continuación se saca. Se mezcla la miel y la soja en un cazo y se calienta un poco hasta que queda mezclado. Se echa por encima de las pechugas y se vuelve a meter en el horno unos 10 minutos más.
Para emplatar ponemos la pechuga en el plato, trituramos la salsa en la batidora de mano y la echamos sobre la misma. Ricas ricas…
Riquísimo, seguro.
Sí que estaba riquísimo, Charo.
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