En mi familia hemos conocido y disfrutado lo bueno que sabe el pan cuando se hace en casa, que no solo se disfruta comiéndolo sino también haciéndolo. Ya publiqué unos panecillos que hicimos en noviembre: https://lafritada.wordpress.com/2012/11/10/pan-casero/
Y en la sesión «Panes» ya hay seis tipos diferentes. Os invito a verlos.
Hoy voy a enseñaros cómo se hace el pan tipo chapata, que sale muy parecido a lo que llamamos «pan de pueblo», riquísimo.
La Chapata es un pan blanco procedente de la cocina italiana y que se ha hecho muy popular en nuestra gastronómica. Se puede preparar en panes pequeños, grandes e, incluso se puede rellenar con ingredientes maravillosos para degustar en una cena como sustituto de una pizza. Admite diferentes elaboraciones y varios tipos de harina. Aquí os presento una de nuestras primeras pruebas. Nos hemos inspirado en la receta del libro El Aprendiz de Panadero (RBA, 5ª ed., 2012), elaborado con harina de trigo para la masa de pan y una pequeña adaptación en las proporciones de la receta original. El secreto de su éxito está en la fermentación lenta de la masa.
Se hace en dos días, uno para hacer la masa madre y otro para elaborar el pan, ya con la masa madre preparada y lista.
Qué necesitamos para la masa madre:
- 180 gr de harina de fuerza
- 100 ml de agua
- 10 gr de levadura prensada fresca de panadería
Qué hace falta para la masa de pan:
- 215 gr de harina de trigo
- 130 gr de agua
- 15 gr de levadura prensada fresca de panadería
- 25 gr de aceite de oliva virgen extra
- 10 gr de sal
Primer día: Masa madre
Poner la harina de fuerza en un cuenco. Desmenuzar la levadura. Añadir el resto de los ingredientes. Mezclar bien hasta conseguir una bola de masa elástica y homogénea, que se desprenda bien de las paredes del cuenco. Tapar con un film transparente y dejar reposar en lugar húmedo. Al día siguiente podrás comprobar que burbujea y desprende un leve olor agrio.
Segundo día: Masa de pan
Para preparar la masa añadir el resto de ingredientes a la masa madre y amasar en el cuenco poco a poco hasta que la masa tenga una textura ligera, elástica y flexible.
Preparar una superficie de trabajo aceitada (yo suelo utilizar la encimera de mi cocina), y trabajar la masa, aplastándola bien con las manos durante 15 minutos.
Dejar reposar para que la masa coja cuerpo durante, al menos, 50 minutos. Como la masa es muy esponjosa resulta difícil darle forma si no se dispone de moldes adecuados. Se puede usar un molde de plum cake.
O bien cortar la masa con un cuchillo afilado en tantos panecillos rectangulares como te permita.
Precalentar el horno a 180˚ y engrasar la bandeja de horno. Colocarlos en la bandeja del horno con ayuda de una pala de madera fina,para que no pierdan su forma. Espolvorear con harina.
Rociar el horno abundantemente con un spray con agua. Hornear a 180º durante 20 minutos aproximadamente (depende del tipo de horno).
Cuando pase ese tiempo se mira y, si se ve dorado por fuera y se nota esponjoso por dentro, ya está listo.
Aunque estarás impaciente por consumirlo, porque el olor impregna toda la casa, el enfriado también forma parte del proceso de elaboración del pan.
Así que cuando esté templadito ya se puede comer…¡¡Más bueno que el pan!!
Una receta muy original, si señor.
Charo, qué buena seguidora eres de mi blog, ¡¡gracias!!, el tuyo es de categoría, yo lo sigo también.
Buenísimo Lola! No hay nada como el pan recién hecho en casa! Gracias por la receta de chapata!
Estaba de escándalo.
Pingback: Montaditos con pringá | La fritada