Las carrilleras de buena calidad se deshacen en la boca, son tiernas, gelatinosas. Las carrilleras son las partes laterales de la cara, lo que nosotros llamamos carrillos, correspondientes a la carne que rodea los huesos de las mandíbulas. Y sus características, como la textura suave, blanda y, repito, gelatinosa, las hacen ideales para hacer un buen guiso.
En este caso las hemos cocinado con miel y le hemos añadido unas ciruelas pasas sin hueso, y quedan deliciosas.
Qué necesitamos:
- Un kilo de carrilleras de cerdo
- Una cebolleta o cebolla
- Dos dientes de ajo
- Un vaso de Vino de Licor Seco de Bodegas El Gato
- Dos cucharadas soperas de miel
- Una hoja de laurel
- Un pellizco de pimienta molida
- Una zanahoria
- Aceite de oliva
- Algunas ciruelas pasas sin hueso
- Sal
Cómo se hace:
Empezamos pelando y cortando la cebolleta, la zanahoria y el ajo.
También cortamos las carrilleras en trozos. En una olla con aceite de oliva refreímos la cebolleta, la zanahoria y el ajo y, cuando estén dorados, añadimos las carrilleras.
Echamos la pimienta, la sal, el vino y la miel.Este Vino de Licor es especialmente bueno para cocinar platos con sabor un poco dulce, lo hacen en Bodegas El Gato de Rota, población de la que también procede la miel que hemos utilizado.
Mezclamos todo muy bien. Lo removemos y añadimos agua hasta que lo cubra y sal.
Lo ponemos al fuego hasta que la carne esté tierna, si lo hacemos en olla rápida bastará con unos 15 minutos.
Cuando apartemos la olla del fuego la abrimos y añadimos las ciruelas, dejando hervir unos minutos más.
Si la salsa se queda líquida las ponemos a hervir un rato más hasta que quede a nuestro gusto.
Listo, resulta un plato muy bueno, con un sabor entre salado y algo dulzón, exquisito.
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