Qué ricas están las berenjenas, hechas de la manera que sean, al horno, fritas, con pisto, con queso y tomate, en revueltos…En este mi blog podéis ver muchas maneras de cocinar las berenjenas, a cuál más buena. Las rodajas de berenjenas fritas es una de la formas más comunes de tomarlas, pues es fácil, sencillo de hacer, y sirven para tomarlas solas o acompañando unos huevos o carne.
Pero qué difícil es que salgan crujientes y secas, sin que absorban mucho aceite. Hay varios remedios para evitar que salgan empapadas de aceite, y obtenerlas crujientes. Uno de ellos me lo dijeron en un restaurante cordobés. Se trata de cortarlas y meterlas en leche, hasta que ésta se ponga algo oscura. Se sacan, se secan bien y se salan justo en el momento de freírlas.
Es importante que suden, y para ello se puede también dejar sobre una rejilla con sal y, cuando veamos que están bien sudadas, se secan con papel de cocina. Otro truco es meterlas en el horno unos minutos antes de freílas. De esta manera se secan un poco y luego se fríen.
El aceite debe estar bien caliente, bastante caliente, para que estén friéndose el menor tiempo posible y no absorban grasa. Una vez fritas las dejamos escurrir y ya las podemos tomar. Se pueden acompañar con miel, tomate frito…o solas…de todas las maneras están riquísimas.
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